El escudo más utilizado de un mediocre es el de echar la culpa de los problemas a quienes lo antecedieron, es una práctica muy humana, pero admitir esa tonteria como excusa resulta peor que insultarnos a nosotros mismos. Sr. Ciudadano Correa, el que usted salga en todos los medios poniendo su carita de lástima que es la que ha estado manejando durante todos estos años de campañas políticas, no le exime de la responsabilidad cruel de lo que está sucediendo, han sido demasiados años de constante proselitismo, han sido años de una aplicación continua de una malsana demagogia que le ha dado resultado en lo personal, pues logró reelegirse, y ahora detenta y goza del "poder absoluto" cosa que supongo deberá de tenerlo lleno de orgullo en lo personal.
Pero permítame recordarle que jamás debe usted, so pretexto de querer sentir que es alguien en la vida, poner sus deseos delante de los más caros intereses de un país... El "problema Paute" es algo que hasta el más desentendido sabía que se venía, decir que el INHAMI no le dio una informacion certera o que se dejó convencer del optimismo de esta institución, tambien es una pobre excusa que dice muy poco de su capacidad de gobernar, usted no puede esperar a que el problema surja para recien ahí declarar una emergencia para "solucionar", eso resulta hasta sospechoso y yo aún quiero creer que usted es honrado.
Mi padre siempre me inculcó algo que a lo largo de mi vida he comprobado que tiene mucho de cierto... el me decía constantemente "Hijo cuando tu veas y escuches a alguien que constantemente anda diciendo lo bueno, honrado, trabajador, y leal que es, cuando lo veas que nunca se cansa de decir que todos los demás han sido malos y que el es el único que no lo es ... ¡cuidate!, de esos personajes... ¡aléjate!, pués, esos son de los más peligrosos e impredecibles porque necesitan siempre de creer que los demás no vean lo oscuros que son por dentro"...
Con que pena y dolor he sido mudo testigo de sus constantes batallas de distracción, de sus constantes desaciertos disfrazados de obras sociales, de ese, hasta enfermizo afán de darse de "salvador de este país", del uso indiscriminado y a la vez del abuso de su posición jurídica para denostar con o sin razón y arremeter virulentamente contra cualquier obstáculo que se le interponga.
"Tiene derecho a defenderse" eso no lo discuto, aunque usted como Presidente, como nuestro Máximo Representante, como nuestro Líder, no puede andar sacándose la camisa (sentido figuradoe) y ponerse a pelear, y lo que es peor, muchas veces de forma ¡muy vulgar! cada vez que se siente aludido.
Usted honorable Sr. Presidente de la república ha tenido entre sus manos la "¡Oportunidad Histórica!" de tener a su disposición todo el poder político para manejarse a placer, un precio del barril del petróleo sin precedentes.
Infamemente a dilapidado todo esto que un pueblo crédulo y desesperanzado le dió... Todas esas palabras suyas, poco a poco han caido en la clasificación de la farza, pues no se ven resultados que ya a estas alturas de su administración, ni siquiera a mediano plazo, se siente como un real cambio.
Le concedo a usted su lucida brillantés, su gran habilidad política, su carisma, su magnetismo personal, que es lo que, sumado a un irresponsable uso dilapidante de los recursos que en gran medida e inmerecidamente ha tenido a su disposición, han dado como consecuencia lo que ahora estamos viviendo, el andar DANDO TUMBOS, el perder dinero por el lucro cesante que, por su ineficacia ha provocado...
Lo de Paute no es su culpa pues por más que lo desee usted no rige sobre las fuerzas de la naturaleza debido a que aunque así lo crea usted, no es Dios. Lo único que debe ser, es un funcionario elegido para gobernar un país, y que desgraciadamente no ha logrado enhebrar las desiciones correctas que, dado el conocimiento de la dificultad que se venía optó por el facilismo y, según sus palabras, rezar y, según me imagino bailar la danza de la lluvia, en lugar de ponerse a trabajar en soluciones emergentes y eficaces para no permitir que caigamos en esta espiral de la desgracia.
Muy respetuosamente