Soy de aquellos que se le salieron las lágrimas de emoción cuando la liga de Quito por primera vez se coronaba campeón de una justa internacional... son pocos los momentos en los que me he sentido ¡tan orgulloso de ser ecuatoriano como en ese preciso instante!...
No por esto dejé de ser hincha del equipo de mis amores, no por eso traicioné a mi casta Huancavilca... ¡me sentí ecuatoriano!...
Pero esos logros dignos de resaltar, bajo ningún concepto le dan "Patente de Corso" a los dirigentes de la Liga de Quito para hacer lo que les venga en gana, para hacer tabla rasa de reglamentos y principios morales...
En una sociedad civilizada no podemos aceptar bajo ningún pretexto que "el fin justifique los medios"… de ser así, ¿para qué tener leyes?... ¿para qué cumplir las leyes?
No podemos tener la doble moral de criticar a los demás y disculpar los desatinos de aquellos que se dicen exitosos o adinerados... ni tampoco es aceptable que nuestros compatriotas de la serranía, cuando se les hacen ver sus errores, porque no les gusta lo que oyen, nos tilden de regionalistas... ¡eso es ser deshonestos!
El éxito de una sociedad está en que sus integrantes logren encumbrarse al abrigo del respeto mutuo y cumplimiento de las normas morales y las regulaciones legales...
¡Todo atajo que se tome por muy loable que sea el objetivo no deja de restarle méritos a esos logros y dejar una mancha asquerosa de manipulación y deshonestidad!
DANTESTUARDO
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